No me gustan las mujeres
que llevan bolsos grandes,
inmensos, arrastrándolos,
sin poder alcanzar a saber
que hay dentro, que ocultan,
cuantos cadáveres yacen.
Las veo pasear, cambio de acera,
se me tropiezan en las esquinas,
vuelvo a cambiar de acera.
Algo buscan mientras miran
despistadas un escaparate
mientras pasa mi reflejo
en el cristal y despiertan.
Existen, aunque no me creas.
Y aún así
déjame retornar al desorden
de tus sábanas, al plomo
de tu cama, y susúrrame
que aún quieres quitarme
los pantalones, porque existen
hay quien lleva bolsos grandes, otros llevamos mochila, pero en cualquiera de los casos, andamos con los fantasmas siempre a cuestas.
ResponderEliminarMe alegra ver que has vuelto definitivamente, la verdad es que te echaba de menos.
Un besote
MArian
Gracias y más gracias. No me canso de dártelas!
ResponderEliminarEspero poder cumplir muy pronto la promesa de participar en La Náusea.
Un Besote!