Blanco como las piernas que ofrecen su sombra
al retrato de tu cuerpo posando en nocturnidad
y alevosía, culpables de este asesinato,en huída
dejando atrás este cadáver disecado, como única
prueba, mi aliento agónico tras ser rodeado por
la frialdad de tus piernas, que ahora se pierden
entre una risa lunática y un apresurado taconeo.
La indefensión hecha poema... una indefensión enmarcable en muchas lecturas diferentes, en muchos marcos distintos, y eso le otorga a estos versos una universalidad necesaria.
ResponderEliminarAbracísimos
Marian
Gracias de nuevo, Marian. Eres, sin duda, un gran aliento para mis versos.
ResponderEliminarOtro gradísimo abrazo para ti.