Quedarse con el alma
como hoguera asustada y ceniza
de la oscuridad toda,
fría, que la rodea,
al despertarse y no recordar nada
de los cuentos e historias
que por la infancia nos hacían niños
y por la vejez rota
nos muda como locos de la noche.
Quién recordase dormir...
---...improvisación provocada por el mismo tema que yace en los versos...---
Como siempre, genial. Las improvisaciones a veces, superan a cualquier maceración posible...
ResponderEliminarUn beso
Marian