Estampa de un atardecer mirando al Mediterráneo mientras versiones de las melodías navideñas nos destrozan el Karma.

¡Qué despropósito!

¡Qué despropósito!

¡Qué despropósito!

Ahora comprendo a Ulises,
lejano, huidizo, buscando
una terraza por todo la costa
conocida para tomarse, agotado
y tranquilo, un simple café.

Asumo la razón de su partida
y la excusa para su tardanza.

No te molestes en pisar mis costas.
Aquí las sirenas son más crueles,
más brutales que nada conocido
ni relatado en tus antiguos viajes.

¡Qué despropósito de bestias!

Published with Blogger-droid v2.0.9

No hay comentarios:

Publicar un comentario