La Brevedad del Instante (Interludio 2)

Dan ganas de mandarlo todo a Sebastopol
y que vuelva en un paquete internacional
si algún loco funcionario jersoneso
ha bebido suficiente vodka
y decide cumplir
su horario.

Esta es la dicotomía donde se sumerge
la vida en este preciso y vacuo instante.

Ya es hora de dejar de mirar el reloj
que no nos aleja de los recuerdos
ni a puñetazos de almanaque.
No hay heroicidad alguna
en contar los segundos
noche tras noche

como un insomne ahogado en lana.

Simplemente no mirar el buzón,
poeta, no mirar
y saber que no se te olvidó
poner la dirección de remite.

Nunca tuviste intención de hacerlo.

---...poema ex profeso y realizado a vivo tecleado en este blog...hay momentos para la palabra y momentos para los gritos...elegid vosotros mismos...---

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