Querido amigo, duerme, descansa
y nunca permitas que los temores
de aquellos que dicen acompañarte
perturben tus sueños. Recuerda siempre
el vacío dejado por las huellas
nunca trazadas en nuestro camino.
Así que nunca mires a los ojos
de los espantapájaros
con patas de palo.
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