-...otro más, de grato recuerdo, en el que me he permitido la licencia de corregir levemente la forma del poema y añadirle el título, el cual refleja una etapa en la que las lecturas adecuadas estaban llegando a mis manos...-
En el teatro nacen los farsantes.
Fuera, en las calles, llueve vino,
dulce manjar sobre los perdidos.
Dentro de sus vacíos bolsillos
duerme algo más que la sed hambrienta
robada a aquel hombre gris
que algún día, ceniciento,
vendrá a cerrar el roído telón
antes de que se sacien del vino y el vinagre.
Pasar por aquí siempre es un lujo.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo, Vicente.
Marian
Marian, cuanto tiempo sin verte por aquí. Feliz Año! Gracias siempre por tus comentarios.
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