Poema XXII del II Capítulo del Poemario "El Deseo de la Estatua" (1999)



Hoy por ayer
observé a una estatua
señalarme el adiós,
girarse ante el mundo en rotación,
hacia un interior ilegítimo,
y permanecer allí
como nunca comprendí hasta entonces.

Es triste saberlo:
Las estatuas mueren allí,
rígidas e impermeables
como siempre, de pie.


---Escultura Auguste Rodin, "Eva"---

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