Oasis último









Abordando esta bifurcación
del camino desearía despedirme
como recuerdo de aquellos versos
que me guiaron a estos otros versos
germinados en ningún lugar.

Despedirme aún solo,
en un monólogo de oasis
ante este lacónico horizonte
de arena intacta donde alguien
olvidó hacer todos los renglones
para, al menos, fingir los dos senderos.

El último acto en vano
lo escogeré yo mismo
sin miradas que extingan
el agua en mis pupilas.

Sin refugio más allá de los cuerpos.

2 comentarios:

  1. El único refugio es el las mesas oscuras y tenebrosas, con grandes tequilas en las manos.

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  2. Gran reflexión.Espero que la vida te trate bien. Nos vemos en los bares.

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