Apócrifa Luz de Vela


La brisa de la costa ha permanecido
en mis pulmones como un tesoro de augures
reacios a equivocarse en sus auspicios
que, todos ellos, se han maldecido uno a uno
nada más expirar aire por mi boca
para pronunciar sus nombres.
Mis deseos,
todas las mentiras necesarias para el latir
y la velocidad de mi sangre todos estos
apócrifos años. Sigo retornando, no sé
ya cuántas veces, antes del fin inevitable
del sueño de turno. Como si fueran capítulos,
estaciones, estancias, estanterías desbordadas
por todos aquellos volúmenes de obras
selectas y aromas de mujer sin poseer.

Y como un anciano librero, ciego y exhausto,
de sabor a página ahogada en el tiempo
y acompañado de una tenue luz de vela,
prosigo el estudio de estos libelos en silencio,
mi silencio colmado de ausencias y
de esta brisa, atisbando el oleaje
que aún no ha descubierto en tu piel.

2 comentarios:

  1. Sigues siendo el mismo poeta, como cuando eras un chaval universitario, que busca una a una las esencias de la vida, haciendoles mil y una pregunta transformando las respuestas en pura poesía. gracias mi niño es un placer leerte, un beso.

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  2. Gracias, muchísimas gracias....Creo saber quién eres, Santi no?

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