---J. Ward Moorehouse y Jimmy Herf---
En estas horas, nocturnidad besando nocturnidad, creo sentirme J. Ward Moorehouse. No, mejor Ward Moorehouse a secas, Ward en Pittsburgh, maldiciendo al Times Dispatch y el camino que le llevó a aquel periódico. Maldiciendo su vida por no poder maldecir más allá de su pasado.
Digo Ward y no J. Ward, porque ya saboreé en mis carnes a este último, y me detuve a tiempo. Siempre antes.
Por ello supongo que, como todas las noches, proseguiré mi insomnio y clausuraré mi mirada recitando a Jimmy Herf, ningún héroe, ningún conquistador, ningún amante, pero ese sempiterno personaje-persona que empieza y termina las historias.
-Oiga, ¿me deja usted subir? -pregunta al hombre pelirrojo que lleva el volante.
-¿Adónde va?
-No sé... Bastante lejos.
...de este sueño arrebatado.
Espejo Nocturno (1ª Estancia)
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