11-M, la República de Esmeralda y los Frikis




Y seguimos de aniversarios. Éste de lo más funesto, por el cual, como siempre, muestro mi mayor dolor ante las familias de las víctimas de aquel doloroso acontecimiento.
Pero esta entrada va a ir, con la mayor brevedad de palabras posible, relacionada con las acciones posteriores surgidas tras el atentando. Acciones políticas que derivan en posturas sociales.
Rápidamente os muestro mi opinión al respecto.
En el Reino Unido, en Londres, meses después tuvo lugar un acto terrorista de parecido alcance. Semejanzas político-sociales a un lado, no vi que los Conservadores atizaran al gobierno de Tony Blair de la manera tan infame como se hizo y se hace en España. Y eso que hubo, hay que recordar, una víctima colateral provocada por las fuerzas de seguridad británicas. A un brasileño inocente se le voló la cabeza literalmente.
¿Será que allí, conservadores o no, tienen una gran consideración y apego a su sistema democrático? Aquí, en España, está claro que a algunos no les importa un bledo y a otros, no tan pocos, hasta les gustaría verlo desaparecer.
Y utilizo el tiempo verbal en Presente porque al día de hoy vuelven los filibusteros a intentar hacernos tontos y a utilizar, sin compasión, una tragedia humana en su beneficio, que no es otro que un sillón más cómodo del que ya poseen.
Así,en la sociedad se produce un efecto de lo más Friki. Una persona "Friki" es un individuo que se muestra inusualmente interesado u obsesionado por un tema particular, hecho más que notable al respecto de este tema en particular en nuestro país.
En supermercados, bares sin humo, estancos que venden humo o peluquerías -más si vives en una esquina como la Región de Murcia que parece un plató de "InterBobotomía"- se escucha siempre una voz que no sabe hablar de otra cosa, como si fuera miembro de una Comisión de Investigación que ya demostró todo lo que había que demostrar. Pero no, es un ciudano normalito, seguramente tirando a feo, que intenta compartir su mala leche contigo.
Y tú te callas, por no mandarlos a sus labores o a la quinta mierda, pagas tu compra, tu café o tu maldito corte de pelo y piensas: "Joder, ¡qué Friki!"
Para estos lumbreras pinchen aquí a ver si es posible que José Yoldi tenga algo de medicina para su enfermedad.
Resulta que este país, vamos a hablar claros, es uno de cotillas y puñaladas traperas -sin duda fueron éstas las mejores armar de Hernán Cortés- y muchos ya ni saben lo que pasó en verdad, sino que sólo buscan el chismorreo para entrever algo en lo que no lo hay. Creo que tantas muertes dan para mucho pesar y no para tanto pensar en traiciones palaciegas.
Vamos, un ejemplo muy gracioso sería encontrarse con un Romano, todo un ciudadano romano, y que te preguntara quién fabricó, quién transportó y quién vendió el puñal a los senadores que ajusticiaron a Julio Cesar. Ya me veo a Bruto, si Roma fuera española, sentando ante una Comisión de Investigación respondiendo ante estas preguntas. Para partirse el alma.
Y es que, como siempre digo, hay que leer más y escoger mejor lo que se lee.
Por ello, recomendar un libro siempre es un favor.
"¿Quién mató al embajador?" de Vázquez-Figueroa, del año 1975, sería una buena lectura, o medicina, para nuestros amigos Frikis.
Y es que no vaya a ser que la República de Esmeralda la tengamos en nuestra misma casa, o lo que sea España...

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