Palabras de María Teresa Cervantes sobre "Con todo este ruido de fondo..."

Gracias Vicente: me he alegrado profundamente esta mañana cuando he entrado en LA MONTAÑA MÁGICA y, con tu generosidad acostumbrada, has puesto en mis manos tu nuevo libro con una dedicatoria que me ha emocionado. Además de saberte feliz con tu pequeña familia. Me ha encantado el prólogo de José Siles y, bueno, tus poemas. Has dado un salto en la expresión escrita desde tu último libro -más honda, más reflexiva-. Has dejado crecer tu pluma y se nota que vives entre textos que te hacen meditar, porque "el verdadero pánico es no tener otro lugar donde exiliarse, huir..." "Y al final te das cuenta de lo solo que estás/ y de lo banal de estos últimos pensamientos/para poder volver por donde has venido..." Qué hondura en tu poema XII, todo el ruido diario acumulado a "las puertas de los archivos, de los prostíbulos, de las sacristías, de los cuarteles..." para ver "que el dique /quebró hace tiempo..." ¿Dónde hallar una frase que reconforte cuando "el mercado es caótico, hiriente/y el reverso de los periódicos/ simplemente un acta de destrucción?" "Todo lo demás no es más que una enorme cantidad de ruido de fondo. "Se nota que vives hacia adentro, que te has recluido del ruido del mundo y -como anota acertadamente José Siles en su prólogo- con una voz poética singular y una estética, cuya esencialidad no es nada común en los tiempos que corren. Sí, Vicente, nos sentimos viajar interminablemente en el tiempo, en un tiempo prestado que sentimos profundamente nuestro hasta un día, en el que asumimos la realidad y en ella nos empecinamos en matizar los colores de nuestro pensamiento, en darle dimensión a una tristeza que hasta entonces creíamos que pertenecía a los demás. Atrevámonos a alimentar en nosotros "Una constante melodía de nostalgia de los lugares en los que nunca hemos estado." La aventura humana necesita la ensoñación, sin ella el mundo se convertiría en una nebulosa que no nos dejaría ver, con ese esplendor del que los poetas tenemos sed, esa sed insaciable de luz que Gohete reclamaba en su lecho de muerte: Licht, mehr Licht...(Luz, más Luz...)
Con mi gratitud y mi abrazo María Teresa Cervantes Gutiérrez



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